Cannabis Médica

Tabú por mucho tiempo

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En muchas sociedades modernas, la marihuana ha sido un tabú por mucho tiempo. Sin embargo, su uso medicinal se remonta a más de cinco mil años. En las últimas décadas, a medida que la ciencia ha ido descubriendo sus beneficios para la salud, las sociedades se han vuelto más abiertas al uso del cannabis.

 

Map of CB1 and CB2 receptors. Click to enlarge.

Fue durante la década de 1960 que el THC (tetrahidrocannabinol) y el CBD (cannabidiol) fueron identificados por primera vez y sus estructuras definidas. Dos décadas después, en 1988, científicos consiguieron localizar los receptores de cannabinoides en el cerebro de un animal donde el THC y el CBD se conectan. Los estudios continuaron en la década de 1990 y el aislamiento y la clonación de los dos receptores cannabinoides conocidos, CB1 y CB2, echaron más luz sobre el sistema endocannabinoide. La investigación de esos receptores llevó al descubrimiento de cannabinoides endógenos, como la anandamida, que son producidos por el cuerpo humano y se conectan a CB1 y CB2.

El Sistema endocannabinoide, que consiste en varios receptores, enlaces y enzimas metabólicas en todo el cuerpo humano y está involucrado en diversos procesos fisiológicos y fisiopatológicos. Los canabinoides endógenos, como la anandamida, desempeñan un papel esencial en la regulación de dicho sistema. El THC y el CBD actúan sustituyendo estos canabinoides endógenos y conectándose a los receptores CB1 y CB2.

Fue clínicamente comprobado que los cannabinoides, como el THC y el CBD, son un medicamento apropiado para tratar los siguientes problemas de salud:

●      Antiemético en el tratamiento de náuseas y vómitos producidos por la quimioterapia;

●      Epilepsia infantil - tratamiento de convulsiones asociadas al síndrome de Lennox-Gastaut o síndrome de Dravet;

●      Tratamiento de dolores crónicos en adultos y como terapia adjunta para dolores relacionados al cáncer;

●      Tratamiento de la espasticidad muscular en pacientes con esclerosis múltiple.

También hay evidencias de que los cannabinoides son efectivos en pacientes con:

●      Síntomas de ansiedad;

●      Disminución de peso y apetito asociados al HIV/ SIDA;

●      Fibromialgia;

●      Glaucoma;

●      Disturbios del sueño asociados al síndrome de la apnea obstructiva del sueño;

●      Síntomas de trastorno del estrés post-traumático (TEPT);

●      Síntomas del Síndrome de Tourette.

 

Efectos Secundarios

Como cualquier medicamento, los productos con cannabis pueden causar efectos secundarios. La mayoría de los efectos secundarios conocidos asociados al cannabis medicinal fueron extraídos de estudios con usuarios recreativos que ingirieron dosis no controladas. Los efectos secundarios y episodios adversos asociados al cannabis son variados, ya que el cannabis afecta el sistema endocannabinoide que desempeña un papel esencial en muchos procesos fisiológicos.

Algunos de estos episodios adversos son: mareos, fatiga, juicio alterado, disminución de la atención, taquicardia, náuseas, vómitos y alteraciones de la motricidad y del apetito. Algunos pacientes también pueden reportar un aumento de la ansiedad. Los pacientes que son especialmente susceptibles y que consumen cannabis, pueden presentar síntomas psicóticos agudos. Para una descripción detallada de los efectos secundarios, consulte Information for Health Care Professionals: Cannabis (marihuana, marijuana) and the cannabinoids ; Section 7.0, Adverse Effects (Health Canada 2013).

Un estudio canadiense titulado COMPASS (Cannabis for the Management of Pain: Assessment of Safety Study), publicado en 2015 (Ware et al. 2015), estudió durante un año a 215 pacientes consumidores de cannabis medicinal tratados por dolor crónico. Dichos pacientes tuvieron acceso a una dosis mediana de cannabis, 2,5g/día, conteniendo 12,5% de THC. Cuando comparados al grupo de control, compuesto por pacientes con dolor crónico que no usaban cannabis, no hubo aumento significativo de episodios adversos graves ni ninguna diferencia en la función cognitiva, función pulmonar, perfil hematológico o bioquímico, incluyendo función hepática y renal. No hubo aumento significativo de episodios adversos graves, pero hubo un aumento substancial de episodios adversos no graves. Los episodios adversos no graves más comúnmente reportados incluían mareos, náuseas y fatiga. A pesar de eso, los pacientes tuvieron una mejora estadísticamente significativa en sus niveles de dolor, de incomodidad con los síntomas, de humor y de calidad de vida.

Una preocupación típica entre los pacientes es que se pueden sentir "drogados/intoxicados", pero eso no debería ser una preocupación, ya que los pacientes pueden obtener su tratamiento sin experimentar euforia. Otra preocupación es que los pacientes puedan desarrollar una adicción, pero la mayoría de las personas que usan cannabis no desarrolla problemas de dependencia. Datos del uso recreativo indican que el 9% de los adultos que usan cannabis desarrollan dependencia (Lopez-Quintero 2011). A pesar de que esos niveles sean semejantes a los niveles reportados de dependencia de ansiolíticos (9%), es importante observar que todavía no hay datos suficientes sobre el cannabis medicinal, por lo tanto, los niveles referidos pueden ser incluso menores.

 

Contraindicaciones

●      Individuos severamente alérgicos al cannabis y/o a sus componentes;

●      Pacientes embarazadas y/o lactantes;

●      Pacientes menores de 25 años;

●      Pacientes con enfermedad cardiovascular inestable (incluyendo angina inestable, arritmias inestables e hipertensión no controlada);

●      Pacientes con historial de dependencia de drogas o alcohol deben ser cautelosos, aunque haya evidencias que sugieran que el cannabis puede ser usado como sustituto de sustancias más peligrosas;

●      Pacientes con condiciones psiquiátricas inestables o no tratadas, incluyendo trastorno bipolar, psicosis o pacientes activamente suicidas. En caso de ser recetado, el paciente debe ser supervisado por un psiquiatra.